Este cesto, se recuperó hace unos meses. Su estado no estaba
del todo mal, pero aún así contaba con bastantes desperfectos que hubo que
reparar.
La tapa se encontraba hundida, faltaban algunas piezas y otras estaban rotas, el interior estaba forrado con una tela un poco estropeada.
Se reforzó la tapa, se repusieron las tiras que faltaban y se repararon las restantes.
Se limpió a conciencia y le di varias capas de aceite de linaza para nutrirlo bien.
Después del tiempo de secado, se dieron dos capas de imprimación, una de esmalte blanco como base y otra de un gris. Se acabó con lanilla de acero, betún de Judea y cera para envejecerlo un poco.
La tela elegida en esta ocasión, fue una Arpillera de yute en tono natural (la típica tela de saco).
Se remató el conjunto con una tira de pasamanería de algodón en color hueso.
Con unos listones de pino, le hice tambien unas patas en forma de tijera para darle un poco de altura.
El resultado final, fue muy bueno. Consiguiendo un cesto muy válido para cualquier uso.
