Esta máquina me
llegó desde Galicia.
Desde que abrí
la caja y vi a lo que me enfrentaba, no paré de darle vueltas a la cabeza,
desde luego era todo un reto, os pongo algunas imágenes de la Singer, tal y
como llegó a mi casa para que os hagáis una idea de su estado.
Era obvio que
lo primero que necesitaba hacerse era desmontar, limpiar y lijar para eliminar
todo resto de óxido.
La base de madera, no presentaba signos de carcoma, aun así, se trató con antixilófagos , pieza a pieza.
El problema principal, es que la madera se deshacía, los años y la humedad habían realizado un buen trabajo en ella.
Opté por no tapar ni enmascarar los agujeros resultantes que habían dejado una huella profunda al quitar los inmensos clavos que durante el tiempo le habían ido clavando para asegurar la caja, estaba plagada de clavos bastante grandes y oxidados.
Las marcas de guerra en esta caja de madera eran bastante notables, pero a la vez me gustaba el efecto de visualizar a través de esas marcas la historia vivida por esta máquina. Faltaban algunas pequeñas piezas de madera y sobre todo de chapa, que hubo que reponer con una madera similar.
Encolando las piezas de la caja...
La base de madera, no presentaba signos de carcoma, aun así, se trató con antixilófagos , pieza a pieza.
El problema principal, es que la madera se deshacía, los años y la humedad habían realizado un buen trabajo en ella.
Opté por no tapar ni enmascarar los agujeros resultantes que habían dejado una huella profunda al quitar los inmensos clavos que durante el tiempo le habían ido clavando para asegurar la caja, estaba plagada de clavos bastante grandes y oxidados.
Las marcas de guerra en esta caja de madera eran bastante notables, pero a la vez me gustaba el efecto de visualizar a través de esas marcas la historia vivida por esta máquina. Faltaban algunas pequeñas piezas de madera y sobre todo de chapa, que hubo que reponer con una madera similar.
Encolando las piezas de la caja...
El proceso de
lijado de la máquina en sí, fue bastante peliagudo, debido al estado en que se
encontraba, pero con paciencia y mucho tesón, conseguí dejarla limpia del todo
y preparada para la imprimación.
Las pequeñas
piezas, tales como canillas, písatelas, mástiles, agujas, etc, fueron
pulidas una a una con una herramienta de pulido y protegidas con cera para
evitar nuevas oxidaciones, quería, al igual que en la caja de madera, que
esta preciosa máquina, mostrara todo ese carácter que había adquirido con el
tiempo y pintar o niquelar las diferentes piezas, le hubiera restado interés al
conjunto, bajo mi punto de vista.
El resultado,
fue bastante bueno. Después de la imprimación, apliqué dos manos de pintura
negra en esmalte a pistola, pasando lanilla de acero entre mano y mano, coloqué
los motivos de la marca dorados con mucha paciencia y para terminar rematé con
una última capa, esta vez, con un barniz brillo de alta calidad, que la
protegerá durante otros 90 años más.
El
día 6 de Enero del 2.014, esta maravillosa Singer a manivela de 92 años, fue entregada a Don Joaquin Cano (Gran artista de nuestra tierra,
que por cierto, os recomiendo pasaros por su web y hacer un recorrido por sus
obras, merece la pena. Os dejo el enlace http://joaquincano.com/) y su esposa Elena.